Actualmente, la política pública para la preservación de los bienes culturales se guía por la noción de Referencia Cultural. Trabajar con este concepto implica considerar a los sujetos y grupos sociales como los principales intérpretes de su herencia. Esto cambia las posiciones jerárquicas entre quienes poseen conocimientos técnicos y quienes poseen conocimientos tradicionales, ya que no existe un patrimonio cultural separado de los grupos sociales que le atribuyen valor. Realizado en el contexto del Proyecto Povos, este intercambio de experiencias busca resaltar cómo la política de patrimonio cultural ha sido utilizada como un dispositivo de lucha política para garantizar otros derechos, como en la defensa de territorios tradicionales.